Tras las huellas del DC4


Once días en la selva. Montañas de Salamanca, al sur de la provincia de Limón, Costa Rica. El capitán Mariano Mohaupt y el 1° teniente José María Damsky fueron parte de la expedición que intentó descubrir qué pasó el 3 de noviembre en 1965.

Ese día, un avión Douglas DC 4 de la Fuerza Aérea Argentina desapareció luego de despegar de la base Howard, en Panamá. A bordo, iban 68 pasajeros: 9 oficiales y 59 cadetes de la 31º Promoción de la Escuela de Aviación Militar (EAM) de Córdoba que realizaban el Viaje Final de Instrucción.
Al tiempo se lo dio por perdido y quedó en la historia de las tragedias aéreas nacionales como el avión de los cadetes.


Los dos oficiales designados, pertenecen al Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y eso significa una intensa preparación: “Nos manejamos permanentemente con cartas, brújulas, GPS, se requiere de un esfuerzo físico y un manejo de técnicas para desplazamiento y refugios… Aún así, siempre hay que reforzar la preparación previa” asegura Damsky.

Esta es la 5ta expedición que lleva adelante la Fuerza Aérea en su incansable camino de indagar qué pasó con el Douglas, dónde están sus restos o quién lo vio por última vez… “Una imagen tomada por un radar de la NASA, proporcionada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) determinó anomalías en el terreno y de ahí surgieron los 5 puntos de búsqueda y por primera vez, se hizo una exploración subacuática”, señala el 1° Ten. Damsky.

Sobrevivir en lugares inhóspitos, alimentarse con raciones, caminar en la selva con machete, calor y humedad, se hizo más llevadero con la ayuda de un baqueano y un policía del lugar: “Los cuatro nos llevamos muy bien. Hubo un verdadero trabajo en equipo y de manera cómoda, todos nos integramos rápidamente”. El baqueano estuvo en las cuatro expediciones anteriores y mantiene un permanente compromiso por la búsqueda. Según los oficiales, él toma el tema como una cuestión personal y no piensa bajar los brazos.




En los últimos dos día para la exploración subacuática, las Fuerzas Especiales de la Policía de Costa Rica, colaboraron con la participación de un buzo y equipos de buceo. “Quedan otros cinco puntos pendientes y un sector que los técnicos de la CONAE están investigando actualmente” nos confirma Damsky a la par que siente la responsabilidad de obtener datos concretos y de acompañar a los familiares en este proceso. “Ellos aún mantienen las esperanzas. Además, queremos saber que les pasó realmente a nuestros camaradas, es como una cuenta pendiente”, reflexiona el oficial.

Para los cadetes, oficiales y familiares, no hay tal vez mejor homenaje que a 45 años del accidente, la Fuerza Aérea aún insista en saber qué paso aquel día de noviembre de 1965.

Fuente: FAA
Imágenes: Clarín / FAA