Instalarán el primer radar meteorológico de producción nacional


Estará montado a mediados de noviembre en la Ciudad Universitaria de la UNC. Constituye un paso fundamental hacia la concreción del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos. Entre otras aplicaciones, también brindará mayor seguridad a la aeronavegación.

Se trata del primer radar meteorológico doppler, de doble polarización, desarrollado y fabricado en el país por la empresa Invap. “Que sea doppler implica que no sólo ‘ve’ o anticipa la tormenta o fenómeno, sino que también puede medir la velocidad de las partículas de precipitación. La doble polarización le permite, a su vez, ‘ver’ la forma o geometría del fenómeno detectado en la atmósfera, si es una gota de agua, un cristal, mariposas, langostas o polvo. Y al trabajar en Banda C, cuenta con un alcance de 240 km extendible a 480 km en modo vigilancia”, explica Andrés Rodríguez, director nacional de Recursos Hídricos y coordinador del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (Sinarame), mientras destaca las principales características técnicas del aparato.
Justamente, el desarrollo y fabricación nacional de este tipo de instrumental constituye la primera etapa hacia la concreción de este sistema, que también prevé sumar otros 8 radares meteorológicos doppler ya existentes en el país, pero de origen importado, y actualmente manejados en su mayoría por el Servicio Meteorológico Nacional.
El Sinarame constituirá un avanzado sistema de alerta hidrológico y meteorológico. Además de colaborar en el pronóstico y descripción del tiempo, esta red permitirá prevenir diferentes contingencias ambientales como crecidas repentinas de los ríos, caída de granizo, ocurrencia de tornados o tormentas severas. También puede detectar nubes de polvo, migraciones de aves o insectos -como mangas de langostas-, así como predecir la cantidad de precipitaciones que van a caer en un lugar determinado y favorecer la agricultura, y contribuir al estudio de tormentas convectivas.
El nuevo radar permitirá, asimismo, brindar mayor seguridad a la aeronavegación por su capacidad para advertir cortantes de viento en aeropuertos, situaciones en las que el aire se mueve en capas, las que se desplazan en distintas velocidades y que pueden afectar el despegue y aterrizaje de aviones. También facilitará el desarrollo de actividades de investigación científica y de formación de recursos humanos calificados, como los de la Especialización en Sistemas de Radares e Instrumentación.
Para conformar un sistema de alerta óptimo los radares necesitan articularse con otro tipo de sensores como satélites y estaciones hidrometeorológicas. En el caso de Córdoba, una vez que el RMA-1 esté operativo -previsto para principios de 2015- se incorporará a los sistemas de alerta provincial y nacional. “En Falda del Carmen, en la Conae, se recibe la señal de más de 14 satélites; a su vez, hay alrededor de 60 estaciones hidrometeorológicas distribuidas en el territorio provincial. Cuando el RMA-1 esté en funcionamiento se podrá ver la tormenta en el satélite, seguirla con el radar y medirla en tierra con las estaciones. Toda esa información irá a un centro de operaciones que analizará la información y sacará los alertas correspondientes a Defensa Civil”, detalla Rodríguez, quien también se desempeña como docente investigador de la UNC.


Córdoba, la elegida
En 2011, la UNC y el Ministerio de Planificación Federal firmaron un convenio para la instalación del radar en la Ciudad Universitaria, por un monto de 9 millones de pesos.
La elección de Córdoba responde a varias razones. Entre las más relevantes destacan la existencia de un aeropuerto internacional sin cobertura de radar meteorológico, que de esta manera ganará en eficiencia y seguridad de operación, así como la necesidad de brindar cobertura a una extensa zona de producción agrícola.
El RMA-1 estará instalado en una torre de 33 metros de altura, montada desde el año 2009 en el extremo suroeste de Ciudad Universitaria, al sur del edificio de la Secretaría de Ciencia y Tecnología y del Laboratorio de Recursos Hídricos.
Además de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC, hay dos unidades académicas profundamente implicadas y con distintos roles en el proyecto: Matemática, Astronomía y Física (Famaf), y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFyN).
Así, Giorgio Caranti y Raúl Comes, ambos docentes investigadores de Famaf, son los responsables de supervisar el contrato con Invap así como gestionar todos los trámites necesarios para instalar el RMA-1 en la Ciudad Universitaria.
En tanto, Raúl Taborda, titular del Laboratorio de Investigaciones Aplicadas y Desarrollo Electrónico de la FCEFyN, es el responsable de las mediciones de radiaciones electromagnéticas no ionizantes previas y posteriores a la instalación del radar.
El emplazamiento de la torre cuenta con la autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), mientras que el Aviso de Proyecto con su informe de impacto ambiental ya fue presentado ante la Municipalidad de la ciudad de Córdoba. Fte.: UNCiencia (M. Mendoza)

Fuentes: lmcordoba.com.ar y aviacionargentina.net
Infografia y foto: lmcordoba.com.ar