Red Bull Air Race 2009

Al hablar de velocidad, el sentido común hace que la mente se dispare casi instantáneamente a la tierra: autos de carrera, motos, esbeltos maratonistas que "vuelan", pero con las ruedas y los pies en el suelo. Sin embargo, el aire también es escenario de la adrenalina y el vértigo propios de las competencias. Bien lo saben los habitantes de Windsor, una tranquila ciudad del sur de Canadá, que este fin de semana fue sede de uno de los mayores campeonatos de vuelo acrobático del mundo.


Es domingo por la mañana y un sol brillante baña las calles de Windsor, que están prácticamente desiertas. A lo lejos, el rugido de los aviones quiebra la habitual calma de aquellos que viven en las cercanías del río Detroit –límite natural entre Ontario (Canadá) y Michigan (Estados Unidos)- donde 15 pilotos de diferentes partes del mundo disputan la tercera fecha del Red Bull Air Race 2009.

Los ligeros aviones recorren en cuestión de segundos la distancia que separa el aeropuerto de la ciudad del lugar en el que se lleva a cabo la competencia, con el imponente edificio de la quebrada General Motors como telón de fondo. El público clava sus ojos en los aparatos que, uno a uno, navegan por un trazado aéreo situado a baja altura y marcado por pilones de aire que deben esquivar. Tarea nada fácil si se tiene en cuenta que en su vuelo alcanzan velocidades de superiores a los 350 kilómetros por hora y los corredores soportan sobre sus cuerpos hasta 12 veces las fuerza de gravedad normal.

Todos persiguen el mismo objetivo: completar el recorrido zigzagueando entre los conos inflables de 20 metros de altura dispuestos sobre el agua conocidos como "puertas aéreas" en el menor tiempo posible. Pero no es sólo cuestión de rapidez; la habilidad y la precisión cuentan y mucho, ya que los pilotos deben cruzar las torres en la posición correcta (a "cuchillo"- con las alas perpendiculares a la superficie- o al nivel del suelo). El tocarlas, rozarlas, o cortarlas con las alas, equivale a penalizaciones de segundos que repercuten en sus marcas.


Esta edición se la llevó el británico Paul Bonhomme, cuyo tiempo fue de 1' 08,16" y detrás de él se ubicó el puntero de la temporada, el austríaco Hannes Arch, que salió victorioso en la primera fecha del año, disputada en Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos), y tercero en la segunda, en San Diego (Estados Unidos). Ahora quedan las competencias de Budapest (Hungría), Porto (Portugal) y Barcelona (España), donde se conocerá el campeón.

Según trascendió, hay interesados en que el espectáculo llegue a Argentina aunque, por el momento, son sólo intenciones. Será cuestión de tiempo que, como ya se sabe, pasa volando.

Fuente: clarin.com
Fotos: redbullairrace.com