Con el arribo de las últimas unidades aéreas a la Base Aeronaval Río Grande, el jueves pasado, la Aviación Naval cumple con todo lo programado en este despliegue a la Isla Grande de Tierra del Fuego que se extenderá hasta el próximo 22 de octubre.Pese a las fuertes ráfagas de viento, típicas de esta zona, los pilotos muestran su pericia a la hora de operar las aeronaves. Un intenso movimiento se observa en el hangar a la hora de preparar las unidades durante toda la jornada de vuelo.
“Con esta operación se pretende lograr el despliegue hacia Tierra del Fuego de casi la totalidad de las unidades de la Aviación Naval con el objetivo de que las tripulaciones más jóvenes se adiestren y entrenen en un teatro de operaciones austral, tan característico como es este”, expresó el capitán de navío Daniel Gustavo Manzella, comandante del grupo desplegado.
Otro de los objetivos de la operación es “evaluar la capacidad de apoyo de la Base Aeronaval Río Grande, tan importante para nosotros en esta zona austral”, explicó Manzella.
El grupo de operaciones esta divido en distintas unidades como la de Caza y Ataque, la de Exploración, la de Transporte y la de Helicópteros integrados por los Sea King y Alouette. Apoyando al despliegue y repliegue se suma la Fuerza Aérea Argentina, con el Hércules C-130.
Las unidades operarán tanto en Ushuaia como en Río Grande según el plan establecido por cada escuadrilla. La semana pasada se trabajó con el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 y se prevé para esta semana trabajar con la Infantería de Marina desplegada en Ushuaia en operaciones anfibias y con las unidades de superficie del Área Naval Austral.
“La idea es aprovechar este traslado al sur para operar con todo lo que sea posible en esta zona. El objetivo es adiestrarse en operaciones integradas con las unidades de la Armada en esta zona”, concluyó Manzella.
Fuente y fotos: gacetamarinera.com.ar