Al menos 24 casos de interferencia en las comunicaciones entre la torre de control y aviones se sucedieron desde el 1º de enero pasado en el Aeropuerto Internacional Ambrosio Taravella de la ciudad de Córdoba. La Fuerza Aérea Argentina negó la situación, pero La Voz del Interior pudo acceder al libro de guardia donde quedó asentado cada uno de esos incidentes.
Trabajadores de la estación aérea, que pidieron reserva de sus identidades por temor a sanciones, indicaron que el problema se produce en las tres frecuencias VHF que utiliza la torre de control para comunicarse con las aeronaves. A través de esos enlaces, se les dan indicaciones a los pilotos sobre aproximación a la pista y maniobras en tierra.
Esas fuentes afirmaron que, si bien las interferencias son normales, se acrecentaron de manera preocupante en los primeros días del verano ya que no sólo afectan la frecuencia principal, sino las dos alternativas que se usan en emergencias.
Por su parte, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) negó que existan estos inconvenientes. La Aeronáutica retomó el control del tráfico aeronáutico en el país en noviembre pasado, luego de que el Gobierno nacional diera marcha atrás con la decisión de pasar esa potestad a la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac). Desde el área de prensa de FAA se informó que “no hay interferencias en Córdoba”. Sin embargo, La Voz del Interior pudo acceder a copias del libro de guardia del Taravella en el que los controladores aéreos dejan asentadas las novedades que suceden en su horario de trabajo. Entre el 1º de enero y el miércoles pasado, hay registros de 24 interferencias.
El primer día del año, el piloto de un avión de LAN informa que recibe distorsionada la transmisión. Ese mismo día, otra aeronave de la firma da cuenta del mismo inconveniente cuando se hallaba en aproximación a la pista principal.
La novedad se repite el lunes, hasta que sucede el hecho más grave el martes: un avión de Austral cambia de frecuencia a pedido del aeropuerto para probar si había interferencias. En plena aproximación, se corta la comunicación y en el medio aterrizan dos aviones hidrantes, que también recibieron cambiadas las órdenes de aterrizaje. El piloto de la nave comercial pudo apreciar lo que sucedía y prolongó la maniobra, lo que evitó un incidente mayor.
Ricardo Runza, ingeniero aeronáutico y especialista en aviación, graficó la situación de la siguiente manera: “El sistema de navegación aérea, la entrada al aeropuerto y la ruta en sí son similares a lo que sería una autopista y el acceso a una estación terminal de ómnibus. El problema que estás teniendo es que el semáforo que permite el ingreso a la terminal esté roto. En el aire es más peligroso que en tierra”.
Juan Carlos Baca, coordinador de la Comisión de Aviónica del Colegio de Ingenieros Especialistas de Córdoba (Ciec) y experto en comunicaciones aeronáuticas, calificó la situación como de “gravedad total”. “Es la puerta que abre a un incidente mayor. Hay que imaginarse qué pasaría en una circunstancia de meteorología desvaforable, y hay este problema de comunicaciones en ese momento”, advirtió Baca.
“Si hay problemas meteorológicos, una interferencia en la pista o cualquier cosa que haga que a último momento la torre tenga que avisarle a una aeronave que no aterrice, y no tiene buena comunicación, es una cuestión grave. Por eso hay una porción del espectro radioeléctrico que está solamente dedicado a la comunicación aeronáutica, y es administrada por Fuerza Aérea”, detalló el especialista.
La responsabilidad de la limpieza del espectro es de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC). Este diario intentó contactarse con la entidad, lo que fue imposible. No obstante, se supo que la CNC obligó en los últimos días a ciertas señales de radios FM a dejar de transmitir para intentar acabar con las interferencias.
Las mismas fuentes del Taravella explicaron que, ante esta situación, se debe aplicar una medida denominada “control de afluencia”, que implica la imposición de demoras para garantizar la seguridad.
Sin embargo, el pasado 11 de diciembre, la FAA envió el memorándum 11 a los controladores en el cual se establece que, en caso de aplicar el “control de afluencia”, la medida se debe justificar ante una junta evaluadora que, si considera que la medida es “injustificada”, tiene atribuciones para separar el personal.
El ex piloto de Lapa y director de cine, Enrique Piñeyro, calificó la medida como “demente” y “atroz”. “Los controladores no están locos, esto es lo mismo que si a un piloto le prohíbas esquivar una tormenta, y si la esquiva que diga por qué. Es una medida demente como esperábamos que iba a pasar con el traspaso (a la FAA)”, disparó.
“Es atroz una medida así. Qué van a hacer, ir corriendo a la torre de control para ver si está justificada. El que tiene que separar a los aviones es el tipo que está ahí. Si lo sometés a tantas presiones se va a asustar, no los va a separar, y pasará lo que tenga que pasar. Es una medida muy estúpida, muy militar”, finalizó el ex piloto.
Fuente: lavoz.com.ar