La Dotación Nº 43 arribó de Marambio


En horas del mediodía del lunes 5 de noviembre, treinta militares que cumplieron funciones durante un año en la Base Marambio arribaron a la plataforma militar del Aeroparque porteño Jorge Newbery abordo de un Hércules C-130 de la I Brigada Aérea.

La famosa canción “We are the champions” sonaba en los parlantes mientras con aplausos y gritos los oficiales y suboficiales descendieron de la aeronave como verdaderos campeones y se ubicaron frente al palco de autoridades, encabezados por el comodoro Enrique Videla.

Allí, además de sus familiares y amigos los aguardaban el secretario general de la Fuerza Aérea, brigadier Guillermo Lozada Acuña; el jefe del Estado Mayor del Comando de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier Enrique Amrein; el director de Asuntos Antárticos, comodoro Marchesini, el jefe de Operaciones Militares Conjuntas Antárticas, coronel Adolfo Humarán y el comandante de Operaciones del Estado Conjunto de las Fuerzas Armadas, comodoro Carlos Rubial.

Para felicitarlos por su trabajo, el brigadier Lozada se dirigió a ellos, les dio la bienvenida y expresó: “Tenemos aquí a un grupo de argentinos que durante un año han dado testimonio y valor trabajando en la puerta de entrada al Continente Blanco, con actividades tanto logísticas como científicas. Nos sentimos profundamente emocionados de que ustedes hayan cumplido con su deber y que sus familias los hayan apoyado para lograrlo exitosamente, como lo hicieron. La Patria entera está orgullosa de ustedes”.

En tanto, el brigadier Amrein también ofreció unas palabras al contingente y afirmó: “Camaradas, ha llegado el momento de recuperar el tiempo con sus familias. La Fuerza Aérea les reconoce su labor y les agradece. Bienvenidos a casa… misión cumplida”.


Un tema de Lerner que reza “Volver a empezar” se escuchaba de fondo. Los carteles de bienvenida se movían bajo brazos agitados. Familiares y amigos se abrazaron condensando el cariño de un año sin verse. Cosas que pasan cuando vuelve un contingente y que sólo aquellos que lo viven lo comprenden sin demasiadas palabras.

El suboficial auxiliar Pablo Acuña, destinado en el Aérea Logística Palomar, cuenta en su haber con dos campañas antárticas. En la Base Marambio se desempeñó como operador de máquinas viales y mantenimiento de la pista de aterrizaje. “Si la superioridad me vuelve a seleccionar y mi familia me lo permite volvería”, expresó Pablo a la vez que su esposa, con su pequeña hija Jazmín de un año y nueve meses en brazos manifestó que siempre va a acompañarlo en todas sus decisiones.

“Hacía muchos años que esperaba ir a Marambio y la verdad que es un sueño cumplido. Además, justo coincidió con el Centenario de la Aviación Militar Argentina y eso me produce más orgullo todavía. Hoy me siento realizada”, contó la suboficial auxiliar Olga Valderrama una de las tres mujeres que integró la dotación. Destinada en la III Brigada de Reconquista y cumpliendo servicios en la torre de control, Olga reconoce que se formó un excelente equipo de trabajo que hizo que el trabajo diario fuera llevadero y exitoso.

Tras su segunda campaña como jefe de dotación, el comodoro Videla comentó que “sirve volver porque uno va creciendo interiormente y reafirma ciertas cosas que al ser principiante no descubre. Pero sigo considerando que lo más importante es el apoyo de la gente con la que uno comparte un año entero. Creo que las condiciones inhóspitas de la Base y el hecho de estar alejados tanto tiempo de las familias es lo que hace fuerte una campaña. Las tareas se hacen por todos son muy profesionales en lo suyo”.

“Marambio invita a volver siempre, una parte tuya queda allá, pero todo depende de la familia, lamentablemente uno no decide sólo” finalizó el comodoro mientras su hija Melisa de 16 años comentó entre risas que “uno se tiene que acostumbrar pero si quiere volver otra vez, no lo dejo”.

Fuente y fotos: Fuerza Aérea Argentina.