34 radares monopulso para el 2011


El gerente general del INVAP, Héctor Othegui confirmó que a fines del 2011 se completará la entrega de 34 radares monopulso convenidos con el Ministerio de Defensa. De las 34 unidades comprometidas, 12 corresponden a la primera etapa y, de ellas, 8 radares ya fueron entregados para su puesta en funcionamiento.

Este equipamiento permitirá radarizar los vuelos aerocomerciales sobre todo el territorio nacional y permitirá la renovación de las unidades actuales para mejorar la eficiencia del control del tráfico aéreo en el país.
Los nuevos y modernos radares se instalarán no solo en las estaciones aéreas sino que se elegirán diferentes puntos del territorio nacional para poder crear una red que permita el control del tráfico aerocomercial.


El radar secundario INKAN (“Amigo”, en mapuche) ha sido adoptado por el Gobierno Nacional para formar parte del Plan Nacional de Radarización. El INKAN es un sistema muy sensible pero resistente a climas extremos, de mínimo mantenimiento, ideal para un país cuyas rutas aéreas y fronteras incluyen vastos territorios despoblados, con clima extremo y de acceso difícil. Por diseño, funciona con sólo 30 minutos de mantenimiento preventivo cada 90 días.

En la actual situación de la Argentina, con una aeronavegación crecientemente complejizada por un aumento exponencial del turismo, el INKAN puede multiplicar la cantidad de vuelos capaces de ser monitoreados por los controladores de los aeropuertos.


Los radares secundarios como el INKAN emiten una señal de microondas que “interroga” a un traspondedor ubicado obligatoriamente en todos los aviones comerciales o privados de cierto porte. En primer lugar, detecta pasivamente la dirección y azimut (ubicación dentro de los 360 grados de la horizontal) de la aeronave, y en segundo, al ser iluminado por el haz del radar, el traspondedor emite automáticamente la identificación de la aeronave, y su altura de vuelo.

Los radares secundarios aumentan notablemente la seguridad de los aeropuertos, pero no pueden detectar aeronaves que, al carecer de traspondedor, no colaboran. Los radares secundarios trabajan como sensores únicos, o sincronizados con el sistema de radares primarios. Están concebido para ser emplazados junto a aeropuertos, pero también en puntos remotos inatendidos de las rutas aéreas, desde donde transmiten la información recogida a los centros de control.


El volumen de cobertura del INKAN abarca los 360° azimutales, distancias de hasta 200 millas náuticas, y altitudes de hasta 100.000 pies entre 0,5° y 45° de ascención recta. Puede detectar hasta picos de 400 aviones, y hasta 200 en 90°.

Fuente y fotos: FAA / INVAP